Según datos del Instituto Nacional de Estadística, la localidad de Durazno cuenta con 34.372 residentes. Históricamente, se estableció el 12 de octubre de 1821 bajo el nombre de San Pedro del Durazno.
Durante la época de su fundación, el territorio que hoy conocemos estaba bajo el control de tropas portuguesas, las cuales derrotaron a las fuerzas orientales lideradas por el Gral. José Artigas en 1820.
El profesor Luis A. Fernández explica que "a los nuevos habitantes se les otorgaron tierras para pastoreo y cultivo, las cuales fueron obtenidas de la zona cercana, siempre al sur del río Yi". Este espacio parcelado carecía de límites claros hasta que, con la ley del 14 de julio de 1873, se establecieron fronteras precisas. Como resultado, una pequeña área al sur del Yi quedó como parte de esta región, delimitada por los arroyos Maciel, Batoví y Sauce de Villa Nueva.
El diseño urbano de la ciudad, realizado por Pedro Delgado, fue concebido en forma de cuadrícula, con la plaza central ocupando una de las manzanas y las calles orientadas en direcciones intermedias. Este trazado siguió las normativas coloniales que dictaban la elección de terrenos altos, ventilados y con acceso a agua potable.
Una figura clave en los inicios de la villa fue el Gral. Fructuoso Rivera, un caudillo que se destacó tras la derrota de Artigas, convirtiéndose en un referente oriental.
La creación de la Villa de San Pedro tuvo como objetivo reunir a familias que habían quedado dispersas en la provincia después de la guerra. Un informe de Rivera, datado el 19 de diciembre de 1831, señala que "la fundación de la villa del Durazno fue impulsada por el gobierno portugués para agrupar diversas familias en un solo lugar, ya que se encontraban en condiciones precarias y necesitaban protección contra las incursiones de indígenas".
El investigador E. Martínez menciona que, hacia finales de 1821, Rivera trajo a numerosas familias de la zona de Clara, mientras que otras llegaron de diferentes localidades, incluyendo Cerro Largo, San José, San Carlos, Florida, así como de Montevideo y Canelones.
La población, en su mayoría criolla, no dudó en unirse a la "Cruzada Libertadora de 1825", cuando Juan A. Lavalleja inició la lucha contra Brasil. Juan Bautista de León representó a la villa en la Asamblea de la Florida, y tras la declaración de Independencia, el pueblo comenzó a ser conocido como Villa del Durazno.
Con el paso del tiempo, la llegada del ferrocarril en 1874 y las sucesivas oleadas de inmigrantes de diversas nacionalidades, como españoles, italianos, ingleses y libaneses, transformaron la apariencia del pueblo, forjando así su identidad contemporánea.
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